miércoles, 12 de enero de 2011

Ni una muerta más

Rius tuvo a bien unificar avatares con una imagen teñida de rojo. Es la forma que encontró para mostrar la rabia, que también es carda, de la violencia que vive el gremio periodístico en México. Asimismo para hacer pública la demanda social de terminar con la impunidad y la injusticia.

Y si bien el uso de imágenes violentas sólo vacuna contra la violencia, lo cierto es que aún no exploramos suficientemente otras formas creativas de denunciarla, de oponernos a ella, y por el contrario de llamar la atención por el respeto a la otra, al otro, a la vida y a la diversidad.

Carteles y campañas van y vienen sobre el abuso, los golpes, el asesinato de mujeres, y a todas las ilustran con ojos morados, bofetadas, labios sangrantes y cuerpos mutilados, tantos que ya hasta nos son cotidianas, ya no nos alarman ni nos asombran, no nos mueven a la reprobación.

Nada más lejano a lo que deseamos cuando el objetivo es totalmente contrario: terminar con la violencia.

Y estos días iniciales de un año lleno, como todos los principios de año, de buenasventuras, los aconteceres sangrientos no nos dan respiro. Las decenas de asesinatos nos están vacunando contra la muerte y podemos caer en la nimiedad de los hechos o en la inmovilidad.

No sólo asesinaron a Marisela Escobedo, activista juarense convertida en ello por el asesinato de su hija, sino que ahora nos almorzamos el de Susana Chávez, artista que acuñó la frase “Ni una muerta más”, con la que múltiples actos de mujeres en México y el mundo han hecho pública su desaprobación al feminicidio.

Ni una muerta más, y ella es una más ¿de cuántas más?

Neutralizar la violencia obliga, necesariamente, a exigir la participación efectiva del Estado; pero es responsabilidad de la sociedad caminar con paso firme hacia allá.

1 comentario:

  1. Excelente, Yolito! Somos muchos y MUCHAS los consternados por estos sucesos. Yo de verdad ya no sé qué pensar. Es una vergüenza el estado en que México se encuentra. Pero tienes razón, es responsabilidad de la sociedad diriguirnos hacia el fin de la violencia, haciendo efectivas nuestras exigencias al gobierno, y comenzando de nuestro hogar a educar, sensibilizar y crear conciencia y respeto a nuestros semejantes.

    Un abrazo

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