lunes, 27 de junio de 2011

Por la vida y la libertad...

...de las mujeres, pero también del gremio que en aras de realizar su labor de informar a la sociedad con puntualidad y certeza, sus voces pretenden ser acalladas. Muchas lo han sido ya.

Botón de muestra

Teresa Bautista y Felícitas Martínez, de la Radio Comunitaria “La Voz que Rompe el Silencio”, son un par de casos impunes de periodistas oaxaqueñas asesinadas en 2008. María Esther Aguilar Casimbe, reportera del Diario de Zamora y corresponsal de Cambio de Michoacán, fue desaparecida en 2009, en Zamora, Michoacán.

Comunicación e Información de la Mujer, A.C. (CIMAC) lleva un registro puntual desde 2005. En cinco años ha documentado el caso de 23 mujeres periodistas que han sufrido atentados a la libertad de expresión. Tres de ellas han sido asesinadas y se carece de investigación oficial que deslinde responsabilidades.

Información recabada y publicada por la agencia mexicana Cimacnoticias –que recientemente sufrió asalto a sus instalaciones--, detalla que “el Centro de Periodismo y Ética Pública (CEPET) registró que en México durante 2009 ocurrieron 144 agresiones contra la libertad de expresión; en 27 casos se encontraron involucradas mujeres periodistas, 20 son reporteras, 1 es camarógrafa, 1 fotógrafa, 3 comunicadoras de radio, 1 de radio comunitaria y 1 portavoz.”

Hoy, en Chiapas, Ángeles Mariscal e Isaín Mandujano, viven en la zozobra. La primera, ex corresponsal de La Jornada –lo fue durante 16 años--; el segundo, corresponsal desde hace 13 de la Agencia y la revista Proceso; ambos, periodistas activos en medios y redes sociales, han sufrido hostigamiento laboral, les han impedido el acceso a la información oficial, les han cancelado contratos y dejado sin fuente de ingresos, e incluso se les ha intentado involucrar –o fabricarles-- en delitos diversos.

No obstante “la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) donde ya tenemos abierta una queja y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, que ha estado dando seguimiento puntual a los agravios desde diciembre pasado, es lo que nos fortalece”, aducen en misiva enviada a la Red Nacional de Periodistas; misma en la que Mandujano responsabiliza “a las autoridades locales de todo agravio contra mi persona o cualquier miembro de mi familia, así como mis amigos cercanos que también viven con la advertencia de represión en lo laboral”.

Carta abierta

Al Presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa

A los organismos defensores de los derechos humanos

A los organismos defensores de la libertad de expresión

A las organizaciones sociales solidarias

A la Cámara de Diputados

Al Senado de la República

A la Comisión Interamericana de Derechos Humanos

A Amnistía Internacional

A la Comisión Nacional de los Derechos Humanos

Las y los periodistas de Chiapas estamos preocupados por la situación de hostigamiento y amenazas que están viviendo colegas periodistas, y que se expresan mediante linchamientos y campañas de desprestigio cuyo vehículo son las redes sociales, los medios de comunicación públicos, blogs, páginas web “anónimas”. Últimamente también se han dado amagamientos directos con emprender acciones judiciales.

Tenemos documentados diferentes casos en donde periodistas-funcionarios (aunque resulte una combinación difícil de entender) están utilizando medios públicos para desprestigian el trabajo de compañeros periodistas.

Si bien, el hostigamiento ha sido más perceptible en el caso de algunos compañeros, sentimos que la agresión es para todo el gremio de periodistas y comunicadores, ya que cualquier situación que atente contra la libertad de expresión pone en riesgo nuestro trabajo.

Estamos preocupados por los casos particulares de la compañera Ángeles Mariscal y el compañero Isaín Mandujano , quienes desde hace cuatro años están viviendo una situación de hostigamiento, derivado de su trabajo periodístico.

El incidente más reciente se dio este jueves, cuando a través de un boletín oficial emitido desde la Procuraduría de Justicia del Estado se deja entredicho la supuesta participación del compañero Isaín Mandujano en el ataque que sufrió el funcionario de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) y del Sistema Chiapaneco de Radio, Televisión y Cinematografía, Jacobo Elnacavé Luttmann.

Este agravio forma parte de una larga cadena de agravios hacia ellos. Esta situación nos parece preocupante, porque como se ha venido exponiendo a través de diferentes foros, denuncias públicas y otras formales, coloca a los periodistas en una situación de alta vulnerabilidad; a la que confluye el escenario adverso que en todo México se vive contra los periodistas.

Percibimos un cerco informativo y poco acceso a las fuentes de información, que va en contra de la Ley de Derechos para el Ejercicio Periodístico del Estado de Chiapas, la que pedimos se respete a cabalidad.

Las y los periodistas que firmamos esta carta respetamos el Estado de Derecho, sabemos que nuestro trabajo es necesario en cualquier lugar donde se quiera alcanzar la democracia. Por tanto pedimos respeto y tolerancia a nuestro trabajo, pedimos dicten medidas cautelares para los periodistas directamente agraviados.

Consideramos que Chiapas debe arribar a un estatus democrático donde la libertad de prensa, de expresión, de información y de opinión sea un derecho garantizado y no vulnerado por el propio Estado.

Solidariamente

Sandra de los Santos Chandomí, Gabriela Coutiño Montes, Elio Henriquez Tovar, Amalia Avendaño Villafuerte, Patricia de los Santos Chandomí, José López Arévalo, Antony Flores Mérida, Juan de Dios García Davish, Fredy Martín Pérez, Patricia Espinosa, Juan Álvarez Moreno, José Sálazar de León, Samuel Bernardo Revueltas, Tania Broissin, Luis Ángel Escobar, Itzel Grajales, Hugo Isaac Robles Guillén, Julio H. Pérez, Darinel López, Flor Cordero, Victor Hugo Roblero, Nehemias Jiménez, Carlos Herrera, Antonio Aguilar, Amado Avendaño.

martes, 21 de junio de 2011

Tras la Marcha de las Putas


Sí, a la Marcha de las Putas fuimos todas... y todos.

Porque a nosotras nos han estigmatizado de sensibles, débiles, sumisas, lloronas, incapaces, menores, tontas, manipuladoras, marimachas, brujas y... ¡putas! Porque si ellos son sensibles, débiles o llorones son ¡putos!

Porque el estigma lo llevamos desde que nosotras decidimos usar minifaldas o pantalones, escotes, pelo corto, anticonceptivos, dildos, tatuajes, aretes grandes y mil pulseras; porque irrumpimos en el mundo masculino de la sabiduría y el conocimiento, porque aprendimos a leer y escribir, a expresarnos con nuestras propias palabras y desde nuestro propio mundo; porque nos atrevimos a elevar nuestra voz discordante en la política, en la economía, en el trabajo, en el arte, en la literatura, en el sexo, en la sensualidad y el erotismo; porque nos destacamos en la ciencia y en la cultura, porque aprendimos a manejar autos, camiones y hasta el metro, porque usamos plumas y libros lo mismo que taladros, computadoras, cámaras y calculadoras; porque un buen día, decidimos que decir NO era más que suficiente para poner límites de respeto a nuestro intelecto, a nuestras capacidades, a nuestro cuerpo, a nuestro placer.

Ellos, ustedes, porque el estigma lo llevan en la represión al sentimiento, al llanto, a la risa, al amor, al gozo de una sonrisa infantil, al sentido de compartir una tarea cotidiana como barrer, lavar o sacudir que no es más que participar en la vida diaria que implica educar, enseñar, atender, servir al prójimo. Porque les dijeron ¡putos! cuando se atrevieron a usar aretes y tatuajes, pelo largo y camisas rosas o lilas, corbatas moradas, calzado sin calcetines y ropa interior de diseño, o acallaron sus deseos de volver a casa o a decir “te amo” en un corazón colorado.

Porque putos y mandilones son los que llevan a las hijas y los hijos a la guardería o la escuela, porque se quedan a hacer la tarea mientras mamá trabaja, porque les calientan la mamila o le cambian el pañal, porque los llevan al parque o caminan por las calles asiendo una mano tierna, porque expresan su indignación ante el maltrato a la mascota o se preocupan por el medio ambiente.

Porque putos son lo que no responden al viejo cartabón del macho Feo, Fuerte y Formal, el que golpea sin razón y viola por costumbre, el que mide su hombría en la longitud del pene, el que limita su inteligencia, el que provee sin participación ni gozo, el que exige cena y sexo indiscriminado, el que cree que su mundo es sólo el de afuera y no comprende que en el de adentro su ausencia es más nociva.

Sí, en la Marcha de las Putas estuvimos todas y todos, desde todas las trincheras, desde todos los ámbitos de incidencia.

Porque la discriminación constriñe y violenta, porque quien estigmatiza deja traslucir su mísera humanidad, su pobreza de razón, su nimia visión respecto de un mundo más rico y boyante cuando nosotras y ellos tenemos igualdad de derechos sobre nuestros cuerpos, sobre nuestros desarrollos de intelecto y capacidades; cuando el derecho al placer es de ambos y se comparte, cuando el derecho al trabajo es remunerado en igualdad de condiciones, cuando el privilegio del poder se distribuye en equidad.

Sí, desde el 12 de junio dijimos con mayor énfasis BASTA, alzamos voces para dejar en claro que NO ES NO. No al estereotipo, no al estigma, no a la violencia, no a la discriminación.