viernes, 29 de octubre de 2010

Altar de muertas

REQUIEM.
“Por mí, no quedó”, era su frase y hoy su epitafio. María Victoria Llamas fue periodista aguerrida, creativa y comprometida, feminista hasta en la muerte, ya que no quiso dejar que la sorprendiera si no era en la gratísima compañía de sus amigas. En las épocas en que se daban chicles por cambio de morralla, fue capaz de juntar bolsas enormes y pagar son ellas el súper. De carácter fuerte, Mariví siempre tenía la palabra justa, era de crítica severa y siempre predicó con el ejemplo.

REQUIEM.
“No me pinto lo labios, para poder decir groserías”, decía son la sonrisa que iluminaba su cara. Esperanza Brito Moreno fue articulista de Novedades y directora de la primera revista feminista en América Latina: FEM. De andar pausado y tono delicado, Esperanza abrazó y luchó por que el aborto en México fuera “libre gratuito”. Defensora de los derechos de las mujeres al cuerpo y a la libre decisión de la maternidad, propuso y logró que en el Monumento a la Madre se pusiera, bajo las palabras de: “A la madre que nos vio nacer”, una placa que reza: “porque su maternidad fue voluntaria”.

REQUIEM.
“Éramos pocos, y parió la abuela”, solía rematar cuando el trabajo se acumulaba y el tiempo era poco para resolver los entuertos. Cecilia Loría fue una activista defensora de los derechos humanos y ciudadanos, luchó siempre por mejorar las condiciones de vida de las mujeres y de las familias, buscó siempre desde la educación popular que la gente tuviera mayores accesos para su desarrollo y bienestar, sobre todo, las mujeres. Era cálida y tenía siempre la palabra precisa para hacernos sentir bien o reflexionar sobre la situación en aras de avanzar. Tenía la sonrisa perfecta y el corazón único en el que todas y todos cabíamos en un huequito especial. Nos espera, como dijo: “entrando al cielo, a la izquierda”.

REQUIEM.
“Su ignorancia es supina” agregaba con un dejo de voz burlona y sarcástica. Irma Korosi era como el pan de muerto, única y especial. Era también brillante, sabia, lúcida y divertida. Conocedora de vinos tintos, bebedora de tequila y fumadora empedernida, su compañía estuvo siempre llena de buenos momentos y mejores comentarios. Como vieja diosa del ahuehuete solía ofrecer sus consejos certeros y promovía el desarrollo de las capacidades personales y laborales de la gente que la rodeaba. Con ella crecieron intelectos y múltiples amistades.

REQUIEM.
Por las mujeres asesinadas en Juárez, por las trabajadoras de la maquila recién asesinadas, por las mujeres que mueren por cáncer, por las mujeres que mueren de enfermedades prevenibles, por las que mueren por abortos clandestinos.

jueves, 21 de octubre de 2010

Si fumar es un placer

La satanización de las personas que fuman y las acciones que se han tomado supuestamente para desalentar el consumo del tabaco empiezan a resultar “sospechosistas”.

Bajo la falsa premisa de que aumentar el precio de la cajetilla de cigarros, legisladores y gobierno pretenden evitar que haya muertes prematuras con este vicio. Podría ser cierto que–según cifras de Phillips Morris- se trata de cerca de 13 millones de personas que son las que fuman en México, de los más de 120 millones de habitantes. Podría ser también que muchas de ellas padecerán enfermedades crónicas pulmonares o cánceres que eventualmente los lleven a la muerte.

Sin embargo, y aunque la medida podría evitar que algunos miles decidan dejar de fumar (quienes tengan el recurso, seguirán fumando aunque la cajetilla aumente, y quienes no ajusten, cambiarán de marca para fumar alguna menos cara o más cerca de sus presupuestos), lo cierto es que muy poco y mucho menos se hace en contra del alto consumo de alcohol que sí deviene en un mayor porcentaje de muertes e incluso asesinatos (sólo hay que pensar en la enorme cantidad de mujeres que sufren violencia intrafamiliar, y que en muchos casos decantan en el asesinato incluso, por efectos del alcohol en su pareja, uno de los disparadores más documentados y comunes).

Para reflexionar
1.- Mientras la cajetilla de cigarros se incrementará en 7 pesos la cajetilla; lo cierto es que el aumento por botella de licor no conlleva una medida semejante o de igualdad (para desalentar su consumo, que también es nocivo).

2.- Mientras el consumo del tabaco afecta a la salud de terceros, como un efecto colateral que no necesariamente mata; lo cierto es que el exceso en el consumo de alcohol es una de las principales causas de muerte por accidentes automovilísticos, y por ende, de muerte de terceros (hay que estar conscientes de que la principal muerte de hombres en este país es a causa de la violencia, y ésta está siempre acompañada del consumo excesivo de alcohol. Sólo hay que ver las cifras que se manejan en el Programa Nacional de Salud 2007-2012).

3.- Mientras el consumo de tabaco genera afecciones crónico pulmonares y cánceres diversos; el alcohol suma un mucho mayor porcentaje de personas con cirrosis o que padecen discapacidades varias por sus efectos.

4.- Mientras que se limitan los espacios a personas que fuman, sobre todo en recintos cerrados; a las que beben se les permite hacerlo en cualquier sitio y sin control (incluso la calle, sólo hay que mirar la cantidad de indigentes que deambulan alcoholizados o duermen sin miramientos bajo los quicios de los edificios, en parques y hasta módulos de vigilancia).

Algunas sugerencias
1.- Si el tabaco es tan nocivo para la salud de las y los jóvenes (ese es el pretexto del aumento a la cajetilla), ¿por qué no elevar también el costo de las bebidas alcohólicas, incluidas aquellas enlatadas que se venden como cocteles inofensivos (y que son de alto consumo entre la juventud)?

2.- Si para evitar el consumo del tabaco se limitan los espacios públicos, ¿por qué no establecer reglas de consumo máximo en bares, restaurantes y antros para evitar los excesos y sus consecuencias? (Por ejemplo, si el alcoholímetro establece que un determinado nivel es considerado prudente para deambular por la calle, debería equipararse en un número máximo de copas y eso establecerlo como límite de venta en lugares públicos.)

3.- Si para evitar el consumo del tabaco se ha reglamentado anular la publicidad en medios como la televisión y el radio, ¿por qué no también anular la publicidad de las casas productoras de alcohol?

Lo sospechoso
Queda claro que la falta de una reglamentación más coercitiva en el consumo del alcohol es tocar los intereses económicos de las grandes empresas productoras. La presión política y económica que ellas ejercerían si se ven afectadas, no se compara con la presión que podrían hacer las cigarreras, no obstante la inmensa diferencia de efectos nocivos que tienen las unas, frente a las otras.

Aumentar el precio de la cajetilla de cigarros no evitará que las y los jóvenes dejen de fumar o se inicien en este consumo. Siempre habrá opciones para que lo hagan.

Ojalá que los ingresos que pretenden recaudar por este consumo, efectivamente se asignen a la investigación y atención de personas que padecen enfermedades vinculadas a los efectos del cigarro, cuestión sumamente dudosa.

Pero sería mucho más benéfico que se tomaran medidas equilibradas y se combatiera tan ferozmente como al tabaco, el consumo de alcohol, una enfermedad crónica que sí afecta a mucho más de los 13 millones de habitantes que fuman y genera un porcentaje mucho más alto de discapacidades, fallecimientos y muertes colaterales que el propio tabaco.

viernes, 15 de octubre de 2010

Contra la tiranía, la libertad: Hidalgo

Más allá de la gran noticia que ha dado varias vueltas al mundo sobre el rescate con vida de los 33 chilenos trabajadores de la mina de San José, lo cierto es que tras casi 70 días de encierro, lo que recobraron fue la libertad.

Y sobre libertad aprendemos todos los días. Derecho inalienable que todo ser humano debe ejercer y que tiene sólo por límite el respeto al del ajeno para una convivencia pacífica. Sobre el cuerpo, sobre la ideología, sobre el credo, sobre la preferencia sexual. Derecho que se sojuzga con “asquitos” y declaraciones que se pretenden vanas pero que están cargadas de discriminación y rechazo.

En la película “Hidalgo, la historia jamás contada” de Antonio Serrano, a lo que nos enfrentamos es a esa decisión férrea de ejercer la libertad de pensamiento y actos, de defenderla y de rescatarla de la ignominia de los poderosos, de los que la limitan y la constriñen.

Los primeros años

“Hace muchos leí que el mejor escudo contra la tiranía es la libertad, y que no se puede renunciar a ella, porque es como renunciar a ser hombres”, sentencia un Hidalgo vigoroso, lleno de vida y colmado de esas lecturas prohibidas en la Nueva España que dieron sustento a la Revolución Francesa.

Profundamente conocedor de los textos de Rousseau, de los Enciclopedistas, de aquellos que hablaban sobre la igualdad, la fraternidad y la libertad, Hidalgo aprende, además, viviendo. Es testigo del desdén por los indios, de su marginación y destrucción, azuzada por las clases pudientes, y permitida e incluso auspiciada por el clero inquisitorial de la época.

Así será observador imberbe y pasivo del desalojo de los jesuitas del Colegio Nicolaíta, del que posteriormente será rector e igualmente perseguido dadas sus ideas y enseñanzas libres, que llorará la muerte de indios inocentes o se alebrestará contra la furia clerical que es capaz lo mismo de incendiar casas de palma y piedra, que recurrir a la fuerza militar oficial para destruir el sueño de una puesta en escena.

De Extra a protagónico

“Hidalgo”, el filme, está protagonizado por ese actor multifacético que es Demián Bichir (sólo hay que recordarlo en la obra de teatro Extras, donde realiza múltiples personajes femeninos y masculinos con sólo cambiarse de lugar el paliacate que usa como atuendo distintivo), y con el que coinciden magistralmente en actuación Ana de la Reguera (Backyard), Cecilia Suárez y Miguel Rodarte, entre otros actores y actrices.

Aquí, desvela a un joven de ideas claras, libertadoras y de justicia, comprometido con una patria que se construye en cada camino de tierra, en cada hato de nopales y se cura las borracheras de tequila con la popular, pero vetada música de jarabe.

No puedo, no quiero

La trama nos lleva del estudiante al párroco de Torres Mochas. Del intrépido jovenzuelo al firme hombre de ideales en que se convierte. Del aventurero estudiante de seminarista al atractivo y seductor cura que cae rendido a los pies de la joven Josefa con la que procrea otra familia (su mujer anterior, madre de sus dos primeros vástagos, se quedó en Valladolid, de donde lo castigan trasladándolo a Torres Mochas).

Pero también nos advierte respecto del odio y rencor con los que se cocinan las futuras batallas de Independencia, las que se cuecen a fuego lento en las voluntades indígenas que ven la hora de su venganza en el momento en que Hidalgo los llama a una lucha desigual pero rabiosa, con aquellas campanadas en la madrugada del 16 de septiembre.

En flash back miramos las carnicerías y el reclamo de Allende: ¡detenlos!; y el abatimiento de un Hidalgo que comprende, pero no justifica, que deja hacer sin convenir del todo: No puedo, Allende, y, ¡no quiero!

“Hidalgo, la historia jamás contada” nos acerca a un ser humano de carne y hueso, lleno de pasiones y dudas, de vicios privados y virtudes públicas. Con este Bicentenario, muchas y muchos han sido los personajes a quienes han despojado de sus investiduras rígidas y oníricas, para dejarnos mirar sus almas, sus desazones y sus ideales.

Una cinta mexicana, muy recomendable.

martes, 5 de octubre de 2010

El despótico Santa Anna

Inmersa, como mucha gente, en las reflexiones que devienen de las festividades por el Bicentenario, he tenido la oportunidad de acercarme, desde las biografías, novelas e historia misma, a personajes inusitados y que, seguramente en otros momentos, no lo hubiese hecho.

Tal es el caso del despótico Santa Anna. Atraída por la estupenda pluma de Enrique Serna, me atreví a incursionar en esta novela editada por vez primera en 1999 y reeditada en 2009 por Joaquín Mortiz.

El seductor de la patria, como se llama el libro de más de 500 páginas, no es, ni pretende ser, una biografía a pie juntillas de Antonio López de Santa Anna, sino que Serna lo reinventa “como un personaje de ficción” en el que explora “su mundo interior sobre bases reales”.

Climas, sentimientos y diálogos son obra de la creatividad de este escritor nacido en la Ciudad de México a finales de la década de los 50, en el siglo pasado. No obstante batallas, acciones y consecuencias fueron minuciosamente cuidadas por historiadores varios.

Egresado de la carrera de Letras Hispánicas de la UNAM, Enrique Serna incursionó en áreas de la publicidad y como argumentista telenovelero antes de ser atrapado por su propia escritura, de la que han emanado cuentos (Amores de segunda mano y El orgasmógrafo), ensayos (Las caricaturas me hacen llorar y Giros negros) y novelas, tales como: Señorita México, Ángeles del abismo (Premio de narrativa Colima) y Fruta verde, en las que lo mismo nos envuelve entre los efluvios de los certámenes de belleza, que nos catapulta al inquisitorial siglo XVII, o nos desliza entre los disímbolos mundos del hogar y el despertar adolescente en los trasgresores setentas del siglo XX.

Premio Mazatlán de Literatura, El Seductor de la Patria nos pinta a un Santa Anna rencoroso y déspota, incapaz de sentir afecto por nadie salvo por sí mismo. Serna nos desvela a un joven taimado que ve en la carrera militar la oportunidad de emerger por encima de los suyos con el poder que le ofrecen el uniforme y las armas.

Educado a punta de tratos rudos por sus jefes en el Ejército, Antonio López tuvo en sus superiores la mejor escuela para convertirse en el pendenciero que detentará la presidencia de la República durante once ocasiones interrumpidas por exilios y largos periodos de descanso en su hacienda de Manga de Clavo, ubicada en su natal Veracruz.

Narrada principalmente en primera persona, Serna utiliza el pretexto muy propio de un personaje tan pagado de sí mismo como Santa Anna de “dejar mis memorias” para hacer hablar a quien conocemos en la historia oficial como Su Alteza Serenísima.

No obstante, su alter ego está presente en la voz de su escribano y cercanísimo colaborador Manuel María Giménez, quien no escatima momento para ensalzar al dictador pero tampoco para plasmar con grandilocuencia sus supuestos aportes estratégico-militares que son los que, desde su óptica, dan los triunfos al general cuando los escucha o las derrotas cuando los desprecia.

Más ligero que una veleta, Santa Anna lo mismo se cobijó entre realistas que insurgentes, entre monárquicos o liberales que conservadores, todo con tal de tener poder; el poder de mandar a diestra y siniestra, de manipular voluntades, se saberse superior, de mostrarse supremo.

Página a página Serna me ha dado la oportunidad de acercarme a este despreciable personaje de la historia y conocerle un poco más de cerca. El personaje tal cual conocí desde el libro de texto queda muy corto ante lo que este escritor mexicano ha sido capaz de plasmar y ofrecer al público.

A cada frase el personaje se muestra fatuo y vanidoso, cobarde y descarado; tan abyecto como el sentimiento que lo movió a intentar destruir una federación como la naciente México, y que no obstante su perseverancia, salió avante y por eso ahora le celebramos sus primeros 200 años de Independencia.

viernes, 1 de octubre de 2010

2 de octubre, no se olvida

Paradójicamente declarado 1968 como Año Internacional de los Derechos Humanos por la ONU, ese año el mundo hervía en reclamo campal por respeto y libertad política y social.
Con barricadas se defendían las ideologías contra los autoritarismos y muchas fueron las desapariciones, asesinatos y detenciones ilegales que dejó en el mundo a millones de familias en la orfandad.

El año de 1968 fue particularmente significativo para el mundo, para su población, para sus familias, para sus políticos, incluso, para sus fuerzas militares.

La independencia de naciones La sacudida ideológica tuvo algunos detonadores en los movimientos de independencia de diversas naciones de África, Asia y América Latina que se mantenían como territorios coloniales ya fuese de países europeos como Inglaterra o los propios Estados Unidos.

La Revolución Cubana motivó no sólo la aparición y el fortalecimiento de movimientos guerrilleros de izquierda en América Latina, sino que robusteció aún más el cuestionamiento a los sistemas de dominación y despertó la conciencia social en favor de la solidaridad con los países oprimidos por las dictaduras y las guerras (Vietnam), así como un franco rechazo al imperialismo.

La Revolución Cultural Los movimientos estudiantiles, integrado por un sector altamente politizado, empezaron a encabezar las protestas públicas y a demandar mayores parámetros de libertad política y social. Sus iniciativas tuvieron la fortuna de sumar simpatías de sectores combativos como los obreros, pero también de otros supieron valorar en esas voces jóvenes demandas justas y oportunas, como los intelectuales y gremiales.

Las revueltas de estudiantes y docentes se multiplicaron en Europa: Francia, y su Mayo del 68 fue de los más emblemáticos, República Federal Alemana, España, Checoslovaquia, y Uruguay en América Latina, por citar algunos.

El historiador francés, Fernand Braudel (1902-1985), denominó al periodo como la Revolución Cultural de 1968, dado que revolucionó tres espacios fundamentales de la vida de una nación: la familia, los medios de comunicación y la escuela.

A la par llegaba la revolución sexual, el uso de las pastillas anticonceptivas y el rechazo a morales decimonónicas que prohibían el derecho al cuerpo, al placer, a la sensualidad y a la sexualidad. Y con ello, la incursión mucho más fortalecida del feminismo en México.

La plaza de las Tres Culturas Inserto en este movimiento mundial, hace 42 años, México vivió su propio vuelco en la historia. No sólo vio cómo la viejas rivalidades deportivas entre pumas universitarios y burros blancos politécnicos se diluyeron cuando la seguridad de sus estudiantes y espacios educativos se vieron violentados, incluso con la invasión del ejército a sus recintos.

México también respiró los cambios de una sociedad que salió a la calle segura de sí misma y demandante, muy a pesar de la reciente historia de allanamientos, violaciones, desapariciones y aniquilamiento de movimientos como el de los ferrocarrileros, maestros y médicos.

Ha de ser por todo esto que muchas y muchos abrevamos y respiramos hasta que se nos inoculó en la sangre al grado de transformar nuestras vidas, que el 2 de octubre no se olvida. No lo olvido.